domingo, 14 de abril de 2024

PRÓLOGO DE: REVOLTIJO, POR FERNANDO MORA

Por: Dr. Fernando Mora

Médico y escritor

 

Mateo Sebastián Silva Buestán despliega una narración joven y emprendedora, traspasando y regresando por esa línea delicada de la realidad y la fantasía, del consciente y subconsciente, de la vigilia y lo onírico. Franquea por diversos motivos matizados, relatos, poesías, descripciones, y la sorpresiva aparición de fotografías, que dan a la obra un aire de nostalgia en pueblos o ciudades alejadas, sin dejar de imprimir la quietud  introspectiva y austera del claroscuro de las iglesias y capillas.

Si bien la vida deambula por sus escritos, la vitalidad es amenazada con la enfermedad y sobresaltada por la muerte. Pero no la muerte como final sino como una convulsión  de volver a la vida. Como esos niños enterrados  de sus relatos que se niegan a desparecer  y  rebrotan espasmódicamente.

La narrativa se va desarrollando con esa faceta de frustrante desencanto de la existencia mundana, sujeta a la decepción e impotencia de ¨Omar¨, al onanismo y las relaciones de ¨Inés¨, la de un cuerpo cansado y no apetecible por los años o con el tosco encuentro con la pasión en ¨Ayer estuve¨.

En su obra aparece también súbitamente la nostalgia del circo de pueblo, la idílica  doncella peinando su cabello frente al espejo que se transforma en pesadilla. Obra que no deja de ser impactante al encontrar como dice su autor ¨sangre por doquier¨, mientras la atmósfera narrativa se llena de la presencia de la iglesia con una religión difícil de definir.

Revoltijo narrativa, ¿conciliadora, amenazante? ¿Vía de redención o culpa?

Así la obra transcurre, como los diversos paisajes que describe desde el viaje en autobús, pueblos, shamanes, urnas funerarias… pero dejemos al lector descubrir por sí mismo y para sí mismo este itinerario al revés del sueño.

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